jueves, 26 de julio de 2018

Maria Eva Duarte | MI MENSAJE

Este fue el último escrito de Eva Perón, redactado en los meses finales de su vida. Durante años permaneció oculto e incluso se intentó negar su autenticidad.

 INTRODUCCIÓN

En estos últimos tiempos, durante las horas de mi enfermedad, he pensado muchas veces en este mensaje de mi corazón. Quizás porque en "La Razón de mi Vida" no alcancé a decir todo lo que siento y lo que pienso, tengo que escribir otra vez. He dejado demasiadas entrelíneas que debo llenar; y esta vez no porque yo lo necesite. No. Mejor sería acaso para mí que callase, que no dijese ninguna de las cosas que voy a decir, que quedase para todos, como una palabra definitiva, todo lo que dije en el primero de mis libros, pero mi amor y mi dolor no se conforman con aquella mezcla desordenada de sentimientos y de pensamientos que dejé en las páginas de "La Razón de mi Vida".

Quiero demasiado a los descamisados, a las mujeres, a los trabajadores de mi pueblo, y por extensión quiero demasiado a todos los pueblos del mundo, explotados y condenados a muerte por los imperialismos y los privilegiados de la tierra. Me duele demasiado el dolor de los pobres, de los humildes, el gran dolor de tanta humanidad sin sol y sin cielo como para que pueda callar. Si, todavía quedan sombras y nubes queriendo tapar el cielo y el sol de nuestra tierra, si todavía queda tanto dolor que mitigar y heridas que restañar, cómo será donde nadie ha visto la luz ni ha tomado en sus manos la bandera de los pueblos que marchan en silencio, ya sin lágrimas y sin suspiros, sangrando bajo la noche de la esclavitud! Y como será donde ya se ve la luz, pero demasiado lejos, y entonces la esperanza es un inmenso dolor que se rebela y que quema en la carne y el alma de los pueblos sedientos de libertad y justicia! Para ellos, para mi pueblo y para todos los pueblos de la humanidad es "Mi Mensaje".

Ya no quiero explicarles nada de mi vida ni de mis obras. No quiero recibir ya ningún elogio. Me tienen sin cuidado los odios y las alabanzas de los hombres que pertenecen a la raza de los explotadores. Quiero rebelar a los pueblos. Quiero incendiarlos con el fuego de mi corazón. Quiero decirles la verdad que una humilde mujer del pueblo -¡la primera mujer del pueblo que no se dejó deslumbrar por el poder ni por la gloria!- aprendió en el mundo de los que mandan y gobiernan a los pueblos de la humanidad. Quiero decirles la verdad que nunca fue dicha por nadie, porque nadie fue capaz de seguir la farsa como yo, para saber toda la verdad. Porque todos los que salieron del pueblo para recorrer mi camino no regresaron nunca. Se dejaron deslumbrar por la fantasía maravillosa de las alturas y se quedaron para gozar de la mentira. Yo me vestí también con todos los honores de la gloria, de la vanidad y del poder. Me dejé engalanar con las mejores joyas de la tierra. Todos los países del mundo me rindieron sus homenajes, de alguna manera. Todo lo que me quiso brindar el círculo de los hombres en que me toca vivir, como mujer de un presidente extraordinario, lo acepté sonriendo, "prestando mi cara" para guardar mi corazón. Sonriendo, en medio de la farsa, conocí la verdad de todas sus mentiras.

Yo puedo decir ahora lo mucho que se miente, todo lo que se engaña y todo lo que se finge, porque conozco a los hombres en sus grandezas y en sus miserias. Muchas veces he tenido ante mis ojos, al mismo tiempo, como para compararlas frente a frente, la miseria de las grandezas y las grandezas de la miseria. Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias. Por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas. Ahora conozco todas las verdades y todas las mentiras del mundo. Tengo que decirlas al pueblo de donde vine. Y tengo que decirlas a todos los pueblos engañados de la humanidad. A los trabajadores, a las mujeres, a los humildes descamisados de mi Patria y a todos los descamisados de la tierra y a la infinita raza de los pueblos! como un mensaje de mi corazón ..

viernes, 6 de abril de 2018

LA TALENTOSA ESCRITORA VICTORIA OCAMPO EN EL RECUERDO.

VICTORIA OCAMPO, UNA MUJER IMPORTANTE EN LA LITERATURA ARGENTINA

Ramona Victoria Epifanía Rufina Ocampo , naciò en la Ciudad de Buenos Aires, el 7 de abril de 1890 – falleció en Beccar, el 27 de enero de 1979, escritora,​ intelectual, ensayista, traductora, editora y mecenas argentina. Publicó diversos libros como "La laguna de los nenúfares" (1926), diez tomos de "Testimonios"" y Tagore en las barrancas de San Isidro" (1961).​
Nacida en el seno de una familia aristocrática,​ fue educada con institutrices y su primer idioma fue el francés. En 1924 publicó su primera obra, "De Francesca a Beatrice", editada por la Revista de Occidente con la ayuda de José Ortega y Gasset. Participó desde su juventud en las primeras manifestaciones de los movimientos feministas, intelectuales y antifascistas argentinos, lo que la llevó a fundar en 1936 la Unión Argentina de Mujeres.
Sus viajes a lo largo del mundo le permitieron entrar en contacto con los principales exponentes de la literatura y el ámbito intelectual; de esa forma, alentada por Waldo Frank y Eduardo Mallea, fundó la revista y editorial "Sur" en 1931, que promovió las obras literarias de importantes autores nacionales e internacionales como Federico García Lorca o Virginia Woolf hasta el cese parcial de su publicación en 1971.​ En 1941, se instaló definitivamente en su residencia Villa Ocampo —actualmente perteneciente a la UNESCO—, que se convirtió en lugar de recepción de figuras extranjeras como Rabindranath Tagore, Albert Camus, Graham Greene, Ígor Stravinsky, Saint-John Perse, Pierre Drieu La Rochelle, Roger Caillois, Ernest Ansermet e Indira Gandhi, entre otros.​
Única latinoamericana presente en una de las sesiones de los Juicios de Núremberg.Fue presidenta del Fondo Nacional de las Artes desde 1958 a 1973 y recibió diversas distinciones así como doctorados honoris causa por varias universidades y la Orden del Imperio Británico concedida por la reina Isabel II. En 1977, se convirtió en la primera mujer en ser elegida miembro de la Academia Argentina de Letras.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Los Menéndez y los Braun, terror de la Patagonia.

Julio Popper y mercenarios matando a pobladores Selknam en la Patagonia. Esta foto es meramente ilustrativa de una abominable práctica de aquellos “dueños” de la Patagonia. Práctica que también perpetraron Menéndez y Braun.
José Luis Alonso Marchante, narra cómo José Menéndez, inmigrante asturiano, junto a otros pioneros, se apoderó de manera fraudulenta de miles de hectáreas en la Patagonia chilena y argentina. Además el libro da cuenta de cómo Menéndez participa en el exterminio de los pueblos originarios de Tierra del Fuego. “El genocidio ocurrido en la Patagonia es parte de la historia de Chile y debe ser develado totalmente ante los ojos de los chilenos, incluso ser parte de las materias escolares”, afirma Alonso.
José Menéndez y Mauricio Braun
Por Alejandro Lavquén. Entrevista al historiador español José Luis Alonso Marchante. Esclarecedor libro sobre los estancieros de Tierra del Fuego. El libro Menéndez, rey de la Patagonia (Editorial Catalonia), del historiador español José Luis Alonso Marchante, narra cómo José Menéndez, inmigrante asturiano, junto a otros pioneros, se apoderó de manera fraudulenta de miles de hectáreas en la Patagonia chilena y argentina. Además el libro da cuenta de cómo Menéndez participa en el exterminio de los pueblos originarios de Tierra del Fuego. “El genocidio ocurrido en la Patagonia es parte de la historia de Chile y debe ser develado totalmente ante los ojos de los chilenos, incluso ser parte de las materias escolares”, afirma Alonso.
Anne Chapman en su obra “Los Selknam de Tierra del Fuego” denuncia a José María Menéndez Menéndez como el principal exterminador del pueblo Selknam originario de Tierra del Fuego.
¿Cómo nace tu interés por la historia de la Patagonia?
Siempre me han interesado los temas de la inmigración. Cuando viajé a Buenos Aires la primera vez, fui al Centro Asturiano (yo soy asturiano y mi esposa argentina), donde me encontré con un busto de José Menéndez que tiene una placa que dice que había sido el iniciador del progreso económico en la Patagonia. Me intrigó muchísimo el personaje. Me preguntaba cómo alguien puede salir de una aldea rural sin contar con nada de fortuna y luego convertirse en una persona poderosa. Poco a poco fui siguiendo su historia, que es la que entrego en este libro.
¿Cómo español, cuál era tu visión de la Patagonia?
Para nosotros, los europeos, la Patagonia es un lugar legendario con un paisaje fascinante ubicado prácticamente en el fin del mundo. Es un lugar mítico. Yo tenía la imagen de los exploradores, por ejemplo de Hernando de Magallanes que en 1520, al recorre por primera vez el estrecho que hoy lleva su nombre, vio aquellos fuegos que hacían los selk’nam para avisarse entre ellos de que algo estaba sucediendo. Esa era mi imagen de la Patagonia.
Sí, hubo una cacería de indígenas en Tierra del Fuego, los que fueron rematados en el centro de Punta Arenas como si se tratara de un mercado de esclavos.
¿Sabían en Europa del exterminio de los indígenas?
Bueno, todo el mundo conoce perfectamente como los pueblos autóctonos de América fueron víctimas de la colonización europea desde su comienzo. Pero lo que a mí me sorprendió mucho de la Patagonia fue que allí el exterminio se había producido en épocas muy recientes. No estamos hablando de 1500 o 1600 sino que de finales del siglo XIX y comienzos del XX. O sea, es como decir, en términos históricos, esto ocurrió ayer. Esta situación no la conocía. Fue una triste sorpresa, sobre todo cuando empiezo a investigar la vida de José Menéndez y su participación en las masacres de los pueblo originarios, que es un tema sobrecogedor.
¿Das a conocer testimonios o documentos inéditos?
Claro que sí, para mí era muy importante traer a colación, compilar de algún modo, los testimonios contemporáneos. Por ejemplo, con respecto el exterminio de los selknam de Tierra del Fuego, traigo al libro el testimonio de los Salesianos. Ellos tenían una Misión que estaba al lado de las estancias de José Menéndez y cuando salían de la Misión no era raro encontrarse con selknam muertos por tiros de rifle. Creo que esos testimonios son importantes. En cuanto a las condiciones de los peones que trabajaban en las estancias, tema que también me interesa mucho, lo que hago es extraer los testimonios de los militares y de la policía, que eran muy poco sospechosos de simpatizar con los peones, pero que sin embargo se asombraban de las condiciones tan duras en las que éstos trabajaban.
¿Tuviste oportunidad de conversar con descendientes directos de Menéndez u otros estancieros?
Me he contactado con descendientes de los Menéndez asturianos, con la familia que quedó en España. Luego he obtenido un testimonio que considero de mucho valor. José Menéndez tenía en su estancia de Tierra del Fuego, Primera Argentina, un capataz escocés llamado Alexander Mac Lennan, apodado “Chanco Colorado”, de infausta memoria en la población de Punta Arenas, porque todo el mundo sabe fue un cazador de indios, y él mismo lo reconocía. Pude conversar con un bisnieto de Mac Lennan en la Tierra del Fuego argentina. Y me sorprendió mucho al decirme que gracias a lo que había hecho Menéndez y los demás estancieros hoy en día no existen en Tierra del Fuego los problemas de reclamos de pueblos indígenas que sí existen en otros lugares de Argentina y de Chile. Imagínate que cosa más sorprendente y lamentable.
¿Entonces los descendientes no asumen ningún compromiso con la verdad histórica?
No lo hacen. Osvaldo Bayer, historiador argentino, se entrevistó no hace muchos años con el dueño de la La Anónima, que fue como se conoció la compañía que en 1908 fundó José Menéndez junto a su yerno Mauricio Braun, cuando Bayer le planteó a Federico Braun que podrían por lo menos realizar un acto de desagravio por el exterminio, éste respondió que él había nacido el año cuarenta y tantos y no tenía nada que ver con esas cosas que se decían. Esto contrasta con empresas como Mercedes o Bayer en Alemania, que emplearon trabajadores esclavos y hoy sustentan museos y fundaciones para dar a conocer esa época oscura de su historia empresarial. Es decir, esa responsabilidad existe. Es muy importante rescatar la memoria histórica.
En cuanto a la Congregación Salesiana, al parecer su rol fue bastante controvertido ¿Qué papel jugaron realmente en los sucesos relacionados con los indígenas?
Los salesianos llegaron a tener en isla Dawson un aserradero y exportaban madera a las islas Malvinas. En estas tareas los salesianos empleaban a los indígenas. Los primeros salesianos establecieron misiones evangelizadoras en Tierra del Fuego y fueron muy críticos con los terratenientes. Realmente trataron de proteger a los indígenas y a la vez evangelizarlos, pues pensaban que eso los ayudaba. Pero hay un momento en que se entregan al poder económico de los estancieros, y la siguiente generación de salesianos está completamente subordinada a la voluntad de los hacendados. Es entonces cuando se escribe una historia favorable a los estancieros como forjadores del progreso en la Patagonia. Estos salesianos se convirtieron en defensores de esa historia manipulada.
De acuerdo a tus investigaciones ¿Cuánto de culpa tuvieron los gobiernos de Chile en el genocidio?
Mucha. Las leyes de colonización chilenas y argentinas, que he estudiado en detalle, establecían como límite 30 mil hectáreas para ser entregadas en arriendo a los colonos, porque la intención que se tenía sobre el papel era que llegaran los inmigrantes europeos a instalarse con pequeñas estancias ganaderas, que es por ejemplo lo que pasó en Australia, pero Menéndez, Braun y otros, lo que hacen es conseguir que los gobiernos chileno y argentino se salten sus propias legislaciones para obtener más tierras, pertenecientes obviamente a su habitantes originales. José Menéndez se movía en los pasillos del Congreso de Santiago y Buenos Aires con muchísima habilidad y dinero, llegando a tener en nómina a gobernadores de la Patagonia. En el caso de Chile a Mariano Guerrero Bascuñan, que cuando dejó de ser delegado de gobierno en Magallanes se fue a Santiago y trabajó para los estancieros. En Argentina con Carlos Moyano, que fue gobernador de Santa Cruz, pasó lo mismo. Eran conseguidores de tierra. Existe una responsabilidad absoluta de los gobiernos, pues permitieron toda clase de tropelías.
¿O sea que los gobiernos estaban totalmente al tanto de los crímenes?
Los gobernadores que llegaban a Punta Arenas lo hacían de buena voluntad y a su arribo se encontraban con dos clases de injusticias: acaparamiento de tierras y exterminio de indígenas. Entonces, qué ocurre, que las protestas iniciales se transformaban al poco tiempo en colaboración directa con los terratenientes, todo gracias al dinero y la influencia de Menéndez en el Congreso. El dinero tiene la virtud de acallar las críticas.
Entiendo que incluso hubo episodios de esclavitud
Sí, hubo una cacería de indígenas en Tierra del Fuego, los que fueron rematados en el centro de Punta Arenas como si se tratara de un mercado de esclavos. Esto ocurrió en 1895, en una época en que en Chile no existía la esclavitud, pues había sido abolida muchísimos años atrás. Fue algo infame para la historia de la ciudad. El episodio fue denunciando en la época y lo que traigo a colación en el libro son testimonios contemporáneos. De hecho se hizo un juicio que al final, por influencia de los estancieros, se sobreseyó.
¿Cómo asumen hoy los magallánicos la historia del exterminio?
Estuve allá en 2009 y 2011, recorriendo Tierra del Fuego y Punta Arenas. También estuve en la Patagonia argentina. Yo diría que en Punta Arenas hay una distancia bastante grande en relación a la forma que se cuenta la historia oficial en el lado argentino. En Argentina a nadie se le ocurriría poner a una calle José Menéndez o Mauricio Braun. En cambio en Punta Arenas todo el centro de la ciudad está orientado a apuntalar la memoria de esos pioneros, una memoria monolítica. Allí se observan algunos de sus palacetes. Finalmente aquellas familias perdieron todo interés en Punta Arenas y se instalaron en Buenos Aires o en Santiago, donde era mucho más fácil seguir a sus compañías o a sus sociedades. Entonces me sorprendió esa visión histórica oficial en Punta Arenas, porque contrasta con la opinión de los ciudadanos comunes y corrientes, que tienen muy claro que existe una historia impuesta. Los estancieros no sólo se apropiaron de tierras y asesinaron a los pueblos originarios, sino que también afectaron profundamente la flora y fauna de la región.
Un poco de historia
“El momento propicio para retomar lo que para sus descendientes [de José Menéndez] debía ser un merecido homenaje a quien contribuyó decisivamente al progreso de la región, va a llegar en 1975, durante la criminal dictadura de Chile responsable de asesinatos, secuestros y torturas. Ese año se celebraba en Punta Arenas el centenario de la llegada de José Menéndez, organizándose una serie de actos en los que participarán dos de sus más ilustres nietos, el historiador Armando Braun Menéndez y el escritor Enrique Campos Menéndez. Este último, estrecho colaborador del gobierno militar, logrará que el sanguinario dictador promulgue una ley que supone el cambio de nombre de la calle Valdivia, que a partir de entonces se llamará calle José Menéndez. Se trata del decreto nº 1040 promulgado en Santiago el 27 de mayo de 1975 y que fue publicado en el Diario Oficial de la República de Chile del 6 de junio. Lleva la firma de Augusto Pinochet Ugarte, general de ejército, dictador de Chile”. El 2015 se cumplirán 140 años de la llegada de Menéndez a la Patagonia, sería de justicia anular el decreto del dictador y rebautizar la calle con el nombre de alguno de los pueblos originarios que José Menéndez se empeñó en exterminar. 

domingo, 4 de marzo de 2018

DEL ORGASMO O LA PEQUEÑA MUERTE | ESTHER DÍAZ

«Desde el origen de la vida todo tiende a su muerte», dice Freud en Más allá del principio de placer. Y más adelante agrega: “El principio de placer parece hallarse al servicio del impulso de muerte”. Esto va a ser retomado por Lacan quien, en el Seminario XI, destaca que la pulsión siempre es de muerte (aun la pulsión que Freud denomina «de vida»). Para ambos autores existe un punto de anclaje interactuando con cierta exterioridad, en un afán de repetición que busca la extinción de la excitación. Un anhelo de equilibrio que daría lugar al goce, esto es, a la muerte. Se podría decir, entonces, que la consumación del orgasmo reside en la producción de una elevadísima excitación, que arroja a una instantánea extinción de la propia excitación. Resulta sintomático que uno de los términos de la lengua francesa para denominar el orgasmo sea, justamente, «le petit mort». El análisis psicoanalítico de la relación entre placer y muerte, o del goce como muerte, es una de las caras de las reacciones vitales frente a la finitud humana. Pero si imaginamos la dupla placer-muerte como una moneda (cara, la vida, seca, la muerte) podemos encontrar que también a nivel social existen manifestación que relacionan los placentero con la muerte. Es decir, podemos contemplar la otra faz de la moneda. En Pompeya antigua se encuentran lupanares con escenas de muerte en las paredes de los lugares dedicados al placer. Porque los latinos consideraban que teniendo presente nuestra finitud podemos gozar más el acontecimiento de estar vivos. También en la Edad Media hubo grupos (luego considerados heréticos) que ante las pestes u otras amenazas de muerte, se dedicaban con más fruición a celebrar los placeres de la vida. Cuando San Martín de los Andes era apenas una aldea de pocos habitantes -y yo una niña de pocos años- recuerdo que el único prostíbulo del pueblo estaba ubicado justo al lado del cementerio. Los porteños también tienen boliches “privados” y ruidosos locales festivos en los alrededores del cementerio, en este caso de Recoleta. El poeta Horacio lo resumió así: «Carpe Diem» (disfruta el momento presente). Y espero que los contactos de otros lugares nos cuenten si por sus tierras existe también está relación urbanística de lugares placenteros en las inmediaciones de los espacios para contener nuestra insoslayable finitud, la muerte que, si es pequeña, al modo francés, es un gran estimulante para la vida.

lunes, 26 de febrero de 2018

BIOGRAFÍAS NECESARIAS PARA CONOCER LA OTRA HISTORIA | LORENZO BARCALA (1795 - 1835)


Nació en Mendoza el 23 de diciembre de 1795. Sus padres eran esclavos, tomó el apellido del escribano Cristóbal Barcala.
Ingresó al Regimiento de Pardos en la provincia de Mendoza y debido a su destacada labor militar alcanzó el grado de Sargento Mayor en 1824. En ese mismo año participó de una asonada militar contra el gobernador de Mendoza, Gutiérrez. Se trasladó a San Juan para reponer en el mando del gobierno a Del Carril. Luego de su decidida participación en las guerras civiles de la región cuyana, es reclutado para integrar el contingente del ejército que luchó contra el imperio brasileño en 1826. Como consecuencia de esta intervención es tomado prisionero y canjeado por el enemigo, siendo ascendido a Teniente Coronel. De regreso combatió a las órdenes del General Paz en Córdoba. Más tarde se batió a las órdenes de Lamadrid en la Batalla de la Ciudadela. Como resultado de esa acción fue tomado cautivo por Facundo Quiroga, quien le perdona la vida. A partir de ese momento se transforma en la mano derecha y gran colaborador del Tigre de los Llanos. Debido a la distinguida labor militar, Barcala participó en 1833 de la expedición al desierto.
En 1835 integró una conspiración militar que se proponía como objetivo fundamental el derrocamiento del gobernador Félix Aldao, pero delatado por un colaborador fue prendido y fusilado en la plaza central de Mendoza el 1º de agosto de 1835. Al momento del deceso revistaba en el ejército con el grado de Coronel.

MARCO ROSELLI – LOS MALDITOS – VOLUMEN IV – PÁGINA 253
Ediciones Madres de Plaza de Mayo

martes, 20 de febrero de 2018

"EXCURSION A LOS INDIOS TEHUELCHES" por Carlos Rodríguez ..

EL PUEBLO TEHUELCHE, DESDE EL EXTERMINIO HASTA EL SIGLO XX
Minimizados por la historia, exhibidos como curiosidades humanas, masacrados y objeto de burlas, los tehuelches, habitantes originarios del sur argentino, son el objeto de este libro –en edición bilingüe– del periodista, escritor y docente santacruceño Osvaldo Mondelo. A lo largo de casi 300 páginas, con fotografías y textos recopilados entre 1863 y 1963, Tehuelches, danza con fotos es un recorrido impresionante y devastador, lleno de imágenes extraordinarias e historias que lindan con lo insólito, digno testimonio de un pueblo generoso y perseguido.
Orkeke, un cacique tehuelche de gran prestigio entre propios y extraños, hizo dos viajes a Buenos Aires. El primero en 1867, cuando fue retratado por un fotógrafo de apellido Loudet, que había viajado al sur del país con la expedición del doctor Nicolás Larrain, amigo personal de Victorino de la Plaza, canciller de Julio Argentino Roca. El segundo viaje de Orkeke fue el 19 de julio de 1883, embarcado por la fuerza, como prisionero de guerra, en la bodega del buque Villarino, de la Armada Argentina. Lo trajeron junto con 17 varones y 37 mujeres y niños. Todos los tehuelches fueron encarcelados en los cuarteles militares de Retiro. Awaik, “gigante filipino”, y Casimiro o Gíshgo. Estados Unidos, 1904.
Consumado ya el exterminio de los pueblos originarios, el diario La Prensa se indignó por lo ocurrido: “Como era de esperarse, ha causado la más desagradable impresión el conocimiento de los pormenores de la injustificada prisión de los tehuelches y el despojo de sus bienes”. El diario justificaba que se siguiera persiguiendo a los caciques rebeldes Inacayal y Sahihueque, pero no a una “tribu mansa”, como definía a la gente de Orkeke. Comprendido el “error”, el presidente Roca decidió cambiarles la carátula de un plumazo: de “prisioneros” pasaron a ser “huéspedes”.
Entre otros “agasajos oficiales”, los tehuelches fueron paseados por el jardín zoológico, la curia, el teatro de La Alegría, el café París y los recibió Victorino de la Plaza en la Casa de Gobierno. Una ilustración del periódico satírico El Mosquito ironizó sobre el encuentro: “Orkeke en Casa de Plaza-Entrevista entre indio del norte e indio del sud”. De esa forma se aludía al hecho de que De la Plaza había nacido en el pueblo norteño de Cachi, en Salta.
La historia finaliza como empezó, en una tragedia. Orkeke muere en Buenos Aires. De los suyos, sólo cinco, los más hábiles jinetes, son utilizados para un arreo de animales al sur. Los demás se quedaron varados en Buenos Aires, como fantasmas en el cuartel de Retiro o dispersos por las calles de una ciudad que no los quería. En ese segundo viaje fatal a Buenos Aires, no hay fotografías de Orkeke, y sí de su “chusma”, como decían los diarios porteños. Se sospecha que Orkeke, como jefe del grupo, habría sido maltratado por demás y no era bueno mostrarlo. Por algo falleció al poco tiempo.
A lo largo de casi 300 páginas con fotografías y textos recopilados entre 1863 y 1963, el periodista, escritor y docente santacruceño Osvaldo Mondelo acaba de presentar en Mar del Plata su libro Tehuelches, danza con fotos, una edición bilingüe, español-inglés, con prólogo de Abel Alexander y presentación de la ministra Alicia Kirchner. La obra, además, está dedicada a la memoria de Néstor Kirchner, amigo del autor.
Mondelo resalta que “durante generaciones los tehuelches fueron minimizados en la enseñanza de la historia tanto en los manuales escolares como en los textos de las universidades”. Por consiguiente, la sociedad pionera de la Patagonia y sus descendientes “no aceptaron jamás que la ocupación de un espacio originariamente indígena significó el desalojo de la tierra y la degradación del pueblo tehuelche”. Anciano desconocido con quillango puesto. Foto Carlos Bruch. 1904.
Juan Ginés de Sepúlveda, historiador y eclesiástico, doctorado en Humanidades y cronista del emperador Carlos I, afirmaba que “el indio es un animal frígido, en el que no se nota ninguna actividad del alma”. De allí que europeos y criollos consideraran que los pobladores originarios estaban “muy debajo en la escala humana”.
Las fotografías y los textos recopilados en el libro, salvo muy pocas excepciones, dan debida cuenta de ese preconcepto discriminatorio y del desprecio hacia los dueños originarios de las tierras del sur argentino. Siempre se los emparentaba con el malón, la ignorancia y el alcohol. Si hasta la mítica ginebra Bols tuvo como publicidad la imagen de un tehuelche con la botella abajo del brazo.
Unos pocos expedicionarios o fotógrafos citados en el libro salieron en defensa de los perseguidos: “Es verdaderamente inconcebible lo que sucede; diríase que pesa en ellos una maldición divina; son los propietarios de la tierra en que habitan y esa tierra no les pertenece, ni siquiera poseen una parcela donde puedan descansar al término de la jornada; han nacido libres y son esclavos”, escribió en 1879 Ramón Lista. Sin embargo, el mismo Lista, un militar nacido en Salta que fue el segundo gobernador de Santa Cruz, protagonizó varias matanzas de onas (hombres, mujeres y niños) en Tierra del Fuego, en 1886.
Algunas de las imágenes más fuertes del libro tienen que ver con los viajes a Europa y Estados Unidos que fueron obligados a hacer los tehuelches, mostrados como atractivos exóticos, como en la ficción se hizo con King Kong o La Criatura creada por el doctor Frankenstein. Uno de los espectáculos más denigrantes se ofreció del 30 de abril al 1º de diciembre de 1904 en Saint Louis, Estados Unidos, durante la llamada Exposición Universal. La prensa gráfica documentó la presencia de “patagones gigantes”, mostrándolos al lado de enanos llevados desde Filipinas.
Mientras los atletas “blancos” participaban de los Terceros Juegos Olímpicos, los tehuelches competían con “otros pueblos primitivos”: esquimales, sioux y “ejemplares nativos” de Africa y Filipinas, en especialidades como “lazo, arco, lanza y saltos”. En ese marco, la fotógrafa Jessie Tarbox Beals hizo posar a los “gigantes” tehuelches Awaik y Casimiro con un enano filipino vestido con traje al estilo europeo. Lo más destacable de la exposición fue el toque “exótico”, coincidieron los diarios norteamericanos.
Claro que los tehuelches, una vez confinados a sus reservas lejos de la “civilización”, también causaban la misma atracción “exótica” en su propio país. Los caseríos donde vivían los “blancos” eran los lugares donde los pueblos originarios hacían trueque con bolicheros y comerciantes. Cambiaban pieles de pumas, guanacos, zorros y plumas de avestruz por azúcar, yerba, telas, café, tabaco, aguardiente. Abundan las fotos sobre estas visitas a los pueblos del sur, lo que demuestra que los tehuelches se habían convertido en foráneos en su propia tierra.
Con los únicos que pudieron tener una relación normal los tehuelches fue con los galeses instalados desde fines del siglo XIX en Chubut. “Un día el cacique se aventuró a sugerir que los jóvenes galeses podían salir con él a cazar avestruces y guanacos: (...) “vengan conmigo –dijo (el cacique) Francisco–, yo les prestaré caballos y perros, y les mostraré cómo rodear y atrapar esas criaturas rápidas y astutas de la Pampa”, escribió en sus memorias el reverendo William Rhys. Juan Bautista Contardi y el cacique Chümjal (u) wun (José Mulato). 1904.
Para devolver la gentileza, las mujeres galesas “les habían enseñado a amasar a las mujeres indias”, dado que “los indios habían desarrollado una gran afición por el pan”. La amistad quedó sellada en una foto en la que se ve al galés Lewis Jones rodeado por un grupo de tehuelches.
Otra faceta de la humillación y la burla de la que eran objeto los tehuelches, en este caso por las autoridades, fue la designación, en 1906, del cacique Silcacho, como “gendarme encargado de la policía de su comunidad”. El cargo y la indumentaria le fueron otorgados por el gobernador de Santa Cruz, Mariano Candioti, para que impusiera “el orden” ante la presencia de “mercachifles” dedicados a la venta de alcohol en la reserva. Ese mismo año, la Jefatura de Policía pidió “se les dé la baja a los agentes indios Ignacio Circacho (sic), Segundo Circacho y Dámaso Circacho, por ineptos e incompetentes”.
Se los acusaba de abandonar el servicio para ir a trabajar de esquiladores a la estancia de Lago Argentino. En numerosos escritos de época, a los originarios se los llamaba “vagos y malentretenidos”. Cuando trabajaban, en cambio, se los tildaba de “ineptos e incompetentes”. El libro es un muestrario inacabable de persecuciones, maltrato, desprecio.
El autor, Osvaldo Mondelo, recordó –citando a Eduardo Galeano– que a principios del siglo XV, en la América precolombina, había entre sesenta y setenta millones de habitantes indígenas. Unos trece millones de ellos estaban radicados en la región andina y hacia el sur, más allá del estrecho de Magallanes, hasta Tierra del Fuego. Tehuelches. Danza con fotos Osvaldo L. Mondelo 287 páginas.
En 1680, doscientos años después, en la misma zona quedaban apenas cuatrocientos mil. En 1880 eran sólo cuarenta mil. El exterminio fue para robarles “la tierra que ocupaban”. El genocidio se justificó diciendo que eran “un escollo para el progreso”.

sábado, 17 de febrero de 2018

La ciencia asegura que estar soltero es la mejor decisión de tu vida ..

Diversas investigaciones comprueban las distintas ventajas de no tener novia.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de California Santa Barbara demostró que las personas solteras tienen mejores relaciones sociales.

En 2015, las sociólogas Natalia Sarkisian y Naomi Gerstel se propusieron explorar cómo los vínculos entre parientes, vecinos y amigos variaban entre adultos estadounidenses solteros y casados.

Descubrieron que los solteros no sólo eran más propensos a acercarse a sus “networks”, sino que también tendían a brindar y recibir ayuda de estas personas más que los casados. Sus resultados se mantuvieron constantes incluso cuando tomaron en cuenta factores como la raza, el género y los niveles de ingresos. Dicho de otro modo, las personas solteras tienden a hacer mejores conexiones sociales.

Además, una publicación del British Medical Journal, encontró que las personas que tienen contacto regular con 10 o más personas son más felices que las que no tienen; el mismo estudio también demostró que quienes tienen menos amigos son menos felices.

En otro estudio realizado a casi 280,000 personas por el psicólogo William Chopik, quedó al descubierto que las amistades se vuelven cada vez más importantes a medida que envejecemos. En las personas mayores, las amistades fueron un mejor predictor de salud y felicidad que las relaciones con familiares.

Los solteros también tienden a estar más en forma


Tras encuestar a más de 13,000 hombres y mujeres entre los 18 y 64 años, investigadores descubrieron que los solteros se ejercitan con mayor en comparación con los casados o divorciados. Otro estudio publicado por la revista Social Science and Medicine comparó los índices de masa corporal de 4.500 personas en nueve países europeos, demostró que los solteros tenían un IMC ligeramente más bajo que quienes estaban casados.

En general, las parejas casadas pesaban aproximadamente cinco libras más, lo que quiere decir que quienes no tienen pareja, son más fit.

Mayor desarrollo profesional


Las personas solteras pueden desarrollarse más individualmente y beneficiarse más del tiempo a solas. Varios estudios han relacionado la soledad con beneficios que van desde un mayor sentido de libertad hasta niveles más altos de creatividad, profesional e intimidad.

Según la psicoterapeuta Amy Morin, el tiempo a solas también puede ayudar a las personas a ser más productivas. En una conferencia de la Asociación Americana de Psicología, la piscóloga DePaulo presentó evidencia de que las personas solteras tenían sentimientos más fuertes de autodeterminación y más probabilidades de experimentar crecimiento y desarrollo psicológico que los casados.

En resumidas cuentas, los solteros tienen mayor aprendizaje, crecimiento y tienden a vivir nuevas experiencias. Así que no te sientas mal por no tener novia, porque estar soltero tiene beneficios muy grandes. 

miércoles, 14 de febrero de 2018

UN 14 DE FEBRERO DE 1655 SE INICIA EL "WEICHAN" QUE SERÍA EL COMIENZO DEL LEVANTAMIENTO GENERAL MAPUCHE CONTRA LOS ESPAÑOLES.

Este 14 de febrero se conmemora el llamado a weichan (preparación del levantamiento o alzamiento de los ejércitos Mapuche) hecho por los Toki Alejo, Chikawala y Lebupillan, que el 14 de feb. de 1655 comandaron una gran ofensiva militar Mapuche desde el río Maule al sur, donde se atacaron y fueron destruídas coordinadamente más de 2000 estancias españolas, en pueblos y fuertes, fueron liberados los esclavos. Fue la respuesta mapuche a las continuas provocaciones y redadas españolas; la esclavitud, las violaciones y el robo.